Huían del incendio del bosque y se encontraron en la orilla del río. El fuego amenazaba sus espaldas y el escorpión rogó a la rana que le ayudara a cruzar el río. La rana se negó temiendo el punzante y mortal aguijón..."Si te pico, moriremos los dos tu envenenada y yo ahogado....sería un tontería que lo hiciera". Escuchó atenta sus palabras, comprendió, y aceptó llevarlo sobre su espalda.
A mitad de camino la rana sintió un ardor que la abrasaba, algo que no era el calor del fuego la quemaba por dentro. Volvió su cabeza para ver la terrible ponzoña clavada en la base de su cuello.....sus fuerzas empezaron a fallar...se hundía en el agua, los dos se hundían irremediablemente. Atónita, le preguntó a su verdugo "¿por qué lo has hecho, iba a salvarte".
"Lo siento...pero es mi naturaleza" respondió el escorpión antes de morir
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